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¿Cuál es el efecto del entorno de trabajo sobre la corrosión de las piezas metálicas?

La corrosión de piezas de metal es uno de los principales factores que determinan su vida útil y su rendimiento. El entorno de trabajo tiene un impacto directo en la corrosión de las piezas metálicas. Los factores pueden acelerar o retrasar el proceso de corrosión de los metales. Por lo tanto, una comprensión profunda del impacto del entorno de trabajo en la corrosión de las piezas metálicas ayudará a tomar las medidas de protección apropiadas y extender la vida útil de las piezas. Este artículo analizará en detalle cómo el entorno de trabajo afecta la corrosión de las partes metálicas a partir de los aspectos de la humedad y la temperatura, el contacto con productos químicos, el desgaste mecánico y el entorno atmosférico.

1. El efecto de la humedad y la temperatura sobre la corrosión
La humedad es uno de los factores importantes que afectan la corrosión metálica. Esta capa de película de agua proporciona un medio conductor para la corrosión electroquímica, causando oxidación y corrosión de metales. Especialmente para metales como el acero, la presencia de humedad acelerará la formación de óxido, lo que hace que las piezas pierdan gradualmente la resistencia estructural.
La temperatura también es un factor importante que afecta la corrosión. El aumento de la temperatura acelera las reacciones químicas, acelerando así el proceso de oxidación en la superficie del metal. En un entorno de alta temperatura, especialmente cuando se expone al oxígeno, las piezas metálicas sufrirán reacciones de oxidación para formar una capa de óxido o una capa de óxido. Además, los efectos de la corrosión serán más significativos en ambientes de alta temperatura y alta humedad. Por ejemplo, en áreas tropicales o costeras, las piezas metálicas tienden a corroerse mucho más rápido que en las áreas secas.

2. Efectos de la exposición química en la corrosión
Las sustancias químicas en el lugar de trabajo tienen un gran efecto corrosivo en las partes metálicas. Los medios corrosivos, como los ácidos, el álcalis y las sales, pueden destruir la estructura superficial de los metales a través de reacciones químicas, causando una corrosión rápida.
Medios ácidos: en medios ácidos, la superficie metálica reaccionará con los ácidos para formar sales metálicas, lo que hace que la superficie corroiga y se descomponga gradualmente. Algunos entornos industriales, como plantas químicas y talleres de electro Explatación, a menudo van acompañados de niebla ácida o gases ácidos, lo que puede causar fácilmente una corrosión grave de las piezas metálicas.
Ambiente alcalino: las sustancias alcalinas también corroerán metales, especialmente metales activos como el aluminio. En un entorno alcalino fuerte, la superficie metálica sufre reacciones redox, pierde gradualmente su brillo y produce productos de corrosión.
Medio ambiente de sal: la neblina de sal o el ambiente de agua salada acelera la corrosión electroquímica, especialmente la presencia de cloruros. Por ejemplo, el aire en las zonas costeras contiene mucha sal, lo que hace que los metales sean más susceptibles a la corrosión cuando se expone al medio marino, especialmente el acero que no ha sido especialmente protegido.

3. La influencia del desgaste mecánico en la corrosión
El desgaste mecánico en el lugar de trabajo puede dañar la capa protectora en la superficie de las partes metálicas, acelerando así la aparición de corrosión. Las piezas de metal pueden estar sujetas a fricción, impacto o vibración durante el trabajo, lo que resulta en daños en la película de recubrimiento de superficie, recubrimiento u óxido, exponiendo el sustrato sin protección. Estas áreas dañadas son más susceptibles a la erosión por humedad, oxígeno y productos químicos ambientales, lo que lleva a una mayor corrosión local.
En entornos de alta fricción, como equipos de procesamiento mecánico o vehículos de transporte, las piezas metálicas a menudo están sujetas a fricción e impacto, y el desgaste puede agravar en gran medida la corrosión. En este caso, la corrosión y el uso a menudo trabajan juntos para formar la llamada "corrosión de desgaste". El uso en la superficie de las partes mecánicas no solo debilita la capa protectora, sino que también proporciona un canal para la penetración de medios corrosivos, causando un envejecimiento rápido y daños de las piezas.
El entorno de trabajo tiene un impacto significativo en la corrosividad de las partes metálicas, incluidos factores como la humedad, la temperatura, los productos químicos y el desgaste mecánico. Las diferentes condiciones ambientales pueden acelerar o retrasar la corrosión de las piezas metálicas, lo que resulta en la degradación del rendimiento y la vida útil acortada. Por lo tanto, al seleccionar materiales metálicos y diseñar procesos de tratamiento de superficie parcial, se deben considerar las características del entorno de trabajo, y se deben tomar medidas de protección correspondientes, como electroplatación, pulverización, anodización, etc., para mejorar la resistencia a la corrosión de las piezas metálicas y garantizar su estabilidad y confiabilidad.